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Santi García-Gascón, un especialista de volver de América a vela

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No nos equivocaremos mucho si afirmamos que Santi García-Gascón es de los socios del Club Nàutic Vilanova que ha navegado más millas en competición. Se ha convertido también en un especialista de volver de América a vela. Socio desde 1970, comenzó la afición a la náutica de casualidad, "un médico nos dijo que a los niños les convenía más yodo. En 1968 fuimos primero a Cubelles y al cabo de dos años vinimos a Vilanova, delante del Náutico. Mientras la familia iba a la playa yo iba al Club. Tenía la intención de comprarme una lancha para reventar-la, pero un amigo me dijo que me comprara un velero. Me compré una barca con un palo, una vela y motor, tenía de todo, pero al final no era nada", comenta García Gascón. Al cabo de tres meses se compró un barco de vela de siete metros y comenzó a competir en regatas sociales, "entonces éramos siete u ocho barcos, no me perdía ni una regata del Club", afirma.

Empezó a competir fuera del Club con Joan Recasens, "en las regatas de la enidad éramos rivales, pero fuera del club uníamos esfuerzos para participar en Campeonatos de España y del Mediterráneo". Con Enric Curt también ha hecho muchas cosas juntos, "la primera travesía en Mallorca la hice con él, junto con el Xavier Solé y Jordi Rabella. Una vez allí hicimos la travesía internacional del Mediterráneo. Ninguno de los cuatro la habíamos hecho, y ganamos ", explica.

Desde un principio su actividad náutica ha estado muy ligada con Joan Recasens y con Enric Curt. A través de este último, en 1977, salió la oportunidad de hacer una regata en solitario, la Marenostrum, que salía de Arenys, daba la vuelta a Baleares y llegaba a Barcelona. Con los contactos de Enric Curt pudo competir con una embarcación de Fibrester Half Ton de nueve metros. "Participamos los dos, cada uno con un barco, yo gané, y él tercero, de 30 competidores en tiempo real. Era tan inexperto que el barco hacia Arenys vino alguien conmigo para no ir solo", exclama Santi García-Gascón.

"Siempre he competido. La familia no me va seguido nunca, he navegado poco en crucero", comenta este navegante del Club. Participó en las 1.000 millas, haciendo la vuelta a Cerdeña, haciendo pareja con José Luis Ferrer, prueba que también ganó. Y a partir de ahí siguieron navegando juntos, "ganamos cuatro Campeonatos de Cataluña de dobles. Fuimos a Túnez de 1.000 millas, en la ida la ganamos y a la vuelta rompimos el palo, quedamos sin luces y con un tráfico de barcos importante. El barco quedó trinchado ".

Santi García-Gascón hizo de tripulante en la cuarta etapa final de la vuelta al mundo, concretamente del Mar del Plata a Portsmouth, Inglaterra. "Sólo hice una porqué casi todo el resto eran profesionales, yo estaba casado y tenía que ir a trabajar. Había nueve tripulantes fijos y uno que iba rotando, yo pude optar a esta plaza. Fueron cuarenta días de navegación, 8.000 millas en total ".

Ha hecho siete travesías del Atlántico. "Enric Curt hacía la regata y yo volvía con el barco fuera de competición al cabo de un par de meses", así se convirtió en todo un especialista de volver de América a vela. "Una vez de Antigua hacia Azores, tuvimos temporal de siete días con olas de 12 metros. Recuerdo estar arriba de la ola y ver un agujero que quedaba, y al cabo de un momento a la inversa. Son momentos de mucho miedo, esperando que todo aguante, no duermes y vas muy cansado ". Afirma que cruzar el Atlántico de vuelta siempre es más complicado, "si las competiciones se hicieran al revés, no iría nadie, al menos de navegantes españoles. En Francia hay una afición brutal y hacen lo que más convenga. En teoría cuando vuelves tienes los vientos contra Elíseos, pero yo no los he tenido nunca. Las vueltas las he hecho siempre de ceñida ", dice resignado.

Santi García-Gascón, dice prácticamente haberse jubilado. Actualmente no tiene ningún barco, pero ha tenido siete, "ahora navego de tripulante en regatas sociales". Como se puede ver tiene mucha experiencia en navegar solo o en dobles, "antes con embarcaciones de esta eslora hacíamos muchas regatas. Ahora con barcos más grandes es impensable, por miedo de romperlos o por la complicación de organizar una tripulación ".

A la pregunta de qué es lo que más le gusta de navegar, dice que "cuando hace 24 o 48 horas que navegas el barco es como una parte de uno mismo, es como una extensión orgánica del mismo cuerpo. Lo conoces todo, los ruidos y las reacciones que tiene ". Por otra parte, García-Gascón piensa que "la convivencia en tripulación es dura. Tienes que aguantar mucho, no todo el mundo piensa lo mismo, o gente que se escaquea de sus tareas".

En el ámbito deportivo, ve el Club Nàutic Vilanova "muy bien. Ahora hay mucha participación, diría que es de las épocas que hay más barcos en el agua. Yo haría la Columbretes de verdad, llegando a las islas, la gané en solitario una vez ". En la vertiente social cree que falta un espacio de cafetería o restaurante exclusivo del Club Nàutic Vilanova, "se hecha en falta un lugar donde haya ambiente después de terminar una regata, o los días de cada día, para comentar la jugada, sino el Club se morirá", concluye.